Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
¿Alguien sabe de algún mensaje de la alcaldesa Célida López
Cárdenas, aunque sea en Twitter, que
explique o en donde se solidarice ante el aterrador episodio de inseguridad que
vivió Aldo Castro en la colonia Misión del Sol?
¿Qué ha dicho la Presidenta Municipal de este
imperdonable caso en el que nos reflejamos como hermosillenses?
¿Ya está enterada que este vecino realizó más de 25
llamadas al 911 para reportar un intento de robo y la policía nunca llegó a su
domicilio, con la excusa de que la patrulla se averió en el camino?
¿Ya visitó a la familia afectada por la delincuencia y
desatendida por la autoridad?
Imaginamos que la alcaldesa de la Transformación ordenó una investigación inhabilitante, con el
corazón estrujado, como cuando ve a un joven malviviente detenido en alguna
comandancia de policía.
Uno de esos por los que lucha compasiva, presentándolos no
como generadores de la violencia que precisamente padecen las familias de bien -como
la de Aldo-, sino como víctimas de
la marginación y la incomprensión social…
“Joven de 16 años
fumando marihuana fue detenido y aquí está en la comandancia pláticas con él y
sientes una gran impotencia su familia esta desintegrada no concluyo la
secundaria. Una generación que debemos rescatar”, escribió Célida en Twitter
hace apenas unos días.
En su característica tozudez, volverá a decirse que atendiendo las causas evitaremos este tipo
de consecuencias… falso idealismo que desenfoca de lo importante, se
utiliza para atenuar culpas y solo fomenta la reincidencia.
¿O lo que se ha querido insinuar es que los Aldos Castros tenemos la obligación
moral de apechugar para que, en el ejemplo de generosidad, se rediman rateros y
drogadictos?
¿A eso se refiere la alcaldesa Célida López cuando graba
videos para pedir la colaboración de los hermosillenses?
Célida no solo le falla a Aldo Castro con su discurso
tramposo e indiferente, ofende al hermosillense de bien que aún confía y
participa aportando hasta donativos para mejorar las condiciones del municipio.
Y lo hace, de nuevo, sin una contraparte política que
equilibre y clarifique estableciendo criterios racionales que inhiban este tipo
tragedias.
Tal vez Aldo Castro se equivocó al “necear” con tantas llamadas al 911 y lo que debió hacer era aprovechar
esas dos horas de convivencia, como una oportunidad para entender y “rescatar” a los malandros que lo
visitaron.
Tal vez a eso se refiere David Anaya Cooley, Secretario
de Seguridad Pública estatal, cuando alude a un problema de comunicación con
los denunciantes.
Cuando en un increíble e inmerecido respaldo, justifica
la ineptitud de la Policía Municipal y opta por compartir la responsabilidad.
De un profesional como David Anaya, se espera que sea
parte de la solución y no que se involucre en los vicios de un sistema podrido.
Así se demostraría honestidad y se fortalecería la
coordinación.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.
Rodrigo
Sotelo Mendívil
Director
General Masmedio
Correo: rodrigosotelo@masmedio.com
Twitter:
@masmedio
