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#LaColumna: Ernesto Gándara está sentenciado

Por Rodrigo
Sotelo / Twitter: @masmedio

Cada vez más lejos el ansiado momento en que Ricardo
Bours declina y se suma al proyecto del aliancista Ernesto Gándara.

Leer que el candidato de Movimiento Ciudadano aprieta el
paso y no pierde oportunidad de señalar las carencias y patologías de su ex
amigo priista es todo un deleite electoral.

En un video promocional, donde afirma que puede
devolverle la seguridad a Sonora, acusa: “A
diferencia del Borrego, no soy parte de la mafia ni un cobarde que la solapa
”.

Por un lado al contador Bours se le ocurre sincerarse y embarra
a Gándara por su directa o indirecta complicidad, mientras que a la esposa cocandidata le da por “sentenciársela” frente a un grupo de deportistas…

Mejor imposible, para el consolidado puntero Alfonso
Durazo.

Ahora bien, ¿con qué cara se burlan de los supuestos yerros
del candidato de Morena, cuando para los aliancistas es casi como un hallazgo boletinar
que “se la sentencia Pily al Borrego”?

¿Por qué piensan que la señora Pily Madrid acarrea votos?
¿No se les ha ocurrido diferenciarse del doctor con imaginación, contrastando y
planteando soluciones verosímiles y factibles?

Durazo no mete a su esposa porque no la necesita y porque
seguro entiende que a un gobernante no le queda la etiqueta de mandilón.

¿O si les agrada que a Ernesto Gándara se le visualice
como un político débil, sin carácter, al que la esposa tiene que decirle qué
hacer?

A esa indiscutible cobardía que refiere Ricardo Bours,
nosotros desde hace muchos años le hechos llamado tibieza.

Porque el Borrego
Gándara es un político del viejo PRI que no se compromete, que deja hacer, que
permite que corran los conflictos sin pegarle a mesa. Por eso es tan obediente
y festeja cuando se la sentencian.

Es un político tan timorato y manipulable, que no fue
capaz de ponerle orden a su primo Javier Gándara, el responsable de los
desatinos de campaña y las equivocaciones en la elección de candidatos en los
municipios.

A Ernesto Gándara lo sentencia, además de la esposa, su
falta de visión para rodearse de gente capaz y comprometida por darle más valor
a la fidelidad de quienes lo han acompañado siempre.

Lo sentencia dejar que su sobrino Ernestito Aguilar desde
ahora haga saber que será el que administre los
dineros
, con lo que solo hace recordar las funestas injerencias familiares
en los gobiernos.

Lo sentencia sus indecisiones, sus falsas promesas,
rehuir a la confrontación de ideas, que no difusión de conceptos
propagandísticos como lo hace a diario con sus videítos.

Al Borrego lo
sentencia el PAN, los que controlan al PAN, que como únicos beneficiados de la
Alianza se apoderaron de la campaña aliancista.

Esta coparticipación de la esposa, del hermano, primo o
sobrino, además de debilidad nos hace evocar los momentos de corrupción
familiar en anteriores gobiernos, precisamente, del PRI y del PAN.

¿Qué mañas tendrán los parientes? ¿Qué constructora
emergerá? ¿Qué nueva concesión se le antojará al primo? ¿Cómo justificarán la
opulencia del sobrino minimí que
nunca ha trabajado?

Son preguntas a las que obligan quienes convencieron o
permitieron al candidato de la Alianza incrustar a la familia desde la campaña.

Aunque tal vez tengan razón y, ciertamente, Ernesto
Gándara está sentenciado.

Gracias y hasta la próxima con el favor   de Dios.

Rodrigo
Sotelo Mendívil

Director
General Masmedio

Twitter:
@masmedio

Correo: rodrigosotelo@masmedio.com / rodrigosotelo69@hotmail.com

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