Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
A continuación revelaremos una exclusiva que desnuda y
explica la invisibilidad política-partidista en la que se encuentra el PAN en
Sonora, desde que los desamparara la corrupción de Guillermo Padrés y su
gobierno.
Por inconcebible e irresponsable que pueda parecer, David
Galván Cázares decidió renunciar el pasado viernes a la dirigencia estatal de
este partido. Por tercera ocasión.
No es una suposición o una filtración mal intencionada
para golpear a este inoperante y aturdido panista.
Corroboramos la versión con fuentes indudables al
interior del Sistema PAN y contamos con una conversación –que ilustra esta
columna- de WhatsApp donde el
diputado Luis Serrato Castell le hace saber a su bancada la sospechosa dimisión
de David Galván, “por motivos personales”.
El Coordinador de la Fracción panista en el Congreso del
Estado no nos dejará mentir: Galván renunció a la Presidencia del Comité
Directivo Estatal y su salida sería efectiva a partir de este mismo lunes.
El provocado impulso de David Galván, ya se volvió sistemático
ante las presiones de militantes y simpatizantes que le exigen eficiencia en
oposición al PRI Gobierno, imparcialidad en los procesos internos o que cumpla
compromisos con Damián Zepeda Vidales, el verdadero Jefe del PAN en Sonora.
Circunstancia inherente que se suma a los naturales
chantajes –basados en su pasado padresista–
de quienes desde afuera le recuerdan periódicamente la conveniencia de seguir
vegetando o nadando de muertito, a lo que Galván siempre ha estado dispuesto.
Pero, ¿qué motiva a David Galván soltar la posición de
privilegio que le representa dirigir el PAN Sonora?
Quienes conviven con él y saben de su conducta en
momentos de crisis, lo explican en la necesidad personalísima de mantenerse
moderado, indiferente; nunca en la disyuntiva de mostrar carácter y tomar
decisiones que trasciendan y generen reacciones.
Galván siempre ha sido incapaz de enfrentarse al Comité
Ejecutivo Nacional, al que sirve como marioneta y coordinador regional de la
precampaña presidencial de Ricardo Anaya.
No ha podido lidiar con los reclamos de padrecistas perseguidos y ex
funcionarios señalados, a los que durante seis años juró lealtad como diputado
local, director de Alcoholes y brazo derecho de Roberto Romero.
Y tampoco tiene elementos o la honorabilidad
indispensable para no someterse a quienes ahora gobiernan con la tersura que
permite la falta de oposición.
Es la triste realidad de un dirigente estatal que nunca
supo aprovechar la inmejorable oportunidad que se le regaló para demostrar
astucia, pericia y liderazgo.
¿Y sabe quiénes son los más preocupados ante la
dificultad que propicia un achicado personaje como David Galván?
Sí, los mismos que en su momento vieron en él al
personaje idóneo para calmar inconformidades y favorecer sus aspiraciones
electorales: Javier Gándara Magaña, Damián Zepeda y Gildardo Real Ramírez.
Este último el más cercano y damnificado por el vacío
permanente que significa David Galván en la dirigencia estatal.
En el PAN Sonora viven una anarquía total, donde la posibilidad
de que renuncie uno de sus dirigentes es solo el reflejo de la ausencia de
autoridad y la pérdida de identidad.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.
Rodrigo
Sotelo Mendívil
Director
General Masmedio
Correo: rodrigosotelo@masmedio.com
Twitter: @masmedio
