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#LaColumna: Las taradas serán feministas o no serán

Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio

Tenemos algunos comentarios sobre lo dicho por la
alcaldesa Celida López de las taradas del
trapo verde
y las estruendosas reacciones en contra que ha generado en
reducido grupo feminista aludido.

De entrada diremos que no nos sorprende, ni el desenfado
de la Presidenta Municipal ni la ultra sensibilidad de las mujeres (y algunos
hombres que se suben a la ola) cada vez más acostumbradas a la afinidad
pública, pero con sus desenfocadas causas.

Diremos que cada palabra de Celida refleja una realidad
dolorosa y corrosiva, pero que nos gusta adornar para no incomodar a la minoría
que ha decretado cambiar estándares y normalizar la enajenación y la indecencia.

Y se debe estar tarada, sí, para no identificar
prioridades y escandalizar porque se diga que una mujer tiene absoluto control
de su propio cuerpo, con todo y sus consecuencias, que al no asumirlas se
convierten en parte de la crisis que se está viviendo: “Abres las piernas o las cierras”.

Ese recordatorio les indigna, pero callan cuando a otra
mujer que ha aportado tanto (la señora de 95 años) le aplican una vacuna de
nada en Cajeme.

No las sacuden los feminicidios, las desaparecidas, las
niñas en los bulevares pidiendo limosna, las que trabajan en los campos
agrícolas de la Costa, las que son abusadas sexualmente… las trastorna la
claridad con que las describe otra mujer.

Las niñas y niños con cáncer o alguna otra enfermedad,
que no reciben atención ni tratamiento, mientras ellas intentan legalizar la
muerte.

No les preocupan las mujeres trabajadoras o las madres
solteras que sí luchan por sus hijos, por el bienestar de sus hijos; las
unifica “la ofensa” de quien las
exhibe y les pide verdadera empatía.

¿O han visto alguna petición en change del algún colectivo que busque cambiar estas tragedias
cotidianas, alguna acción que se salga de la sola protesta o de la aborrecible
y hueca sororidad?

Las que se agravian son las que reducen a misoginia y
machismo toda crítica, por ser la forma más simple y sectaria de justificar la
incapacidad y de defender la cultura del privilegio.

Las que idolatran reinotas,
las Wendys de la inutilidad, las machistas del trapo verde que están
peleadas consigo mismo.

El pecado de Celida
López fue haber externado una opinión sobre un tema controversial, invariablemente
sesgado y tratado a la ligera y a conveniencia. Lo de la alcaldesa es una
postura valiosa, por honesta y realista.

El delito de la
Presidenta fue, curiosamente, no sujetarse a lo políticamente correcto, no
seguir la cantaleta de los que en público son progresistas, pero que ponen
todos sus alcances al servicio de una mayoría conservadora.

Desproporcionado e injusto intentar comparar a Celida
López con casos como el de Salgado Macedonio. A diferencia, pero no
entenderían, la alcaldesa protege a las mujeres llamándolas a cuidar su
dignidad para no atribuir a otros sus errores y excesos.

Los comentarios de Celida López no fueron en contra de
las mujeres, al contrario, al sugerirles responsabilidad ayuda a garantizar sus
libertades.

En todo caso, Celida les habla a las feministas
radicales, a las que destrozan todo y no aportan nada. A las que son
odiosamente intolerantes cuando se enfrentan a quien no comparte sus teorías
ensimismadas.

Celida López no se refiere a una violación o abuso a una
pequeña indefensa, recrimina a las que tienen control de su cuerpo pero quieren
socializar la pirujería.

Quienes piden lapidar a la Presidenta de Hermosillo por
ejercer su derecho a expresarse, suponemos también sacan adelante una familia y
son ejemplo para sus hijos.

¿Qué han hecho por las mujeres, por su familia, por su
entorno quienes se auto asignan un valor similar o superior al de una mujer que
predica con el ejemplo?

En lo personal, que la alcaldesa Celida López nos cuente
entre el 80 por ciento de sonorenses que rechazan el aborto.

Y que les agrada, que se identifican, con los políticos
que dicen y sostienen lo que piensan así, como va, sin correcciones.

Que defienden lo que creen y lo que les ha funcionado,
con el carácter y la congruencia que, precisamente, las minorías incrustadas y
en ascenso quisieran aplacar y someter.

Que no se empodere aún más la mediocridad, la liviandad y
la hipocresía.

Abran las piernas, si quieren, pero luego no trasladen a otros
las culpas.

Gracias y hasta la próxima con el favor   de Dios.

Rodrigo
Sotelo Mendívil

Director
General Masmedio

Twitter:
@masmedio

Correo:
rodrigosotelo@masmedio.com / rodrigosotelo69@hotmail.com

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