Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
Alberto Natanael Guerrero López y Otto Claussen Iberri,
los dos alcaldes prristas más visibles, han hecho un oportuno esfuerzo para que
quede en la conciencia de todos que las manoseadas laptops que se entregarán en Sonora, forman parte de un programa federal.
Es emblemático este tipo de apoyos en los que el gobierno
de la República incluye a Sonora, pues denotan, afectivamente, coordinación con
el Estado y permiten identificar dos cosas:
La natural inclinación local de “hacer suyas” las políticas públicas federales para efectos de
difusión y la también entendible resistencia de la focalizada oposición,
principalmente municipal y legislativa.
Los primeros quisieran hacer ver como gestión padrecista cada acción federal, mientras
que los segundos defienden el mérito partidista que les asiste.
Hay varios prototipos que sirven de muestra: inversiones
carreteras, hospitales del IMSS, gasoducto y hasta el acueducto Independencia.
Pero nos vamos a concentrar en la próxima entrega de laptops como parte de una estrategia que
busca mejorar el proceso de enseñanza
por media de la utilización de nuevas tecnologías en quinto y sexto grado de
primaria.
Aquí, la verdad incontrovertible es que se trata de una
iniciativa presidencial, que requirió el respaldo presupuestal de la Cámara de
Diputados y que demanda la intervención en la logística de los gobiernos
locales beneficiados.
En eso coinciden Damián Zepeda Vidales y Antonio
Astiazarán Gutiérrez, quienes con su voto a favor destinaron mil millones de
pesos para este programa piloto que se aplicará en Sonora, Tabasco y Colima.
Es decir, el mérito es compartido entre federación y
legisladores, y la participación de los gobiernos estatales y sus respectivas
secretarías de educación, se limita a la distribución.
No es casualidad la genuina intencionalidad tanto de Pitillo como de Otto, para que se
entienda el origen y la autoría priista; este par de alcaldes no hacen ni
mención del Gobierno del Estado en sus boletines.
Aunque también es esperable que desde el Gobierno del
Estado se considere meritorio y se comunique la participación en el proceso de
empaquetado y personificación de los aparatos.
Por ello viene Emilio Chuayffet Chemor a Sonora el 23 de
octubre, no por otra cosa.
Chuayffet también quiere que quede claro que este
programa es surgido y supervisado por la Secretaria de Educación Pública.
Este personaje es de los que, ocupado en asuntos
sustanciales, no entra en grillas aldeanas de los estados que son amigablemente opositores. Digámoslo así:
camina sobre los colmillos, como si trajera zancos.
Claro, diplomático, cortés como lo sugiere el ejercicio
de la alta política en la que se desenvuelve desde antes de que se estrenaran
en ella nuestros funcionarios, deberá aprovechar para hacer -por vez primera-
un reconocimiento institucional a la transformación
educativa.
Como sea, no se puede más que agradecer la inversión en
educación.
Padrés:
“Un hombre de muchos pantalones”
Entre las muestras más nítidas de respaldo al gobernador
Guillermo Padrés Elías, hay que contar la declaración que hace referente al
Cuarto Informe, el alcalde panista de Nacozari, Marco Antonio Montes Navarro.
Para hacer constar que Guillermo Padrés se ha
caracterizado por el temple y las inalterables decisiones que de antemano sabe
le representarán conflictos políticos, dice que “es un hombre de muchos pantalones”.
Así lo afirma este Presidente Municipal:
«Contra lo que
dicen sus detractores, yo opino que el señor gobernador es un hombre de muchos
pantalones, un hombre cabal, que piensa
y actúa siempre en función de las necesidades de las mayorías«.
El alcalde apela a la visible intención estatal de buscar
soluciones a problemas históricos, “como
la falta de agua”.
A los opositores les provocará hilaridad, pero Marcos
Montes asegura que “como nunca Sonora
transita por senderos de transparencia y legalidad en las acciones de gobierno”.
No es difícil imaginar que este personaje será de los
primeros en pasar a Palacio por su chequesote
del COMUN…
Qué
mediocridad de la CEDH
La Comisión Estatal de Derechos Humanos, CEDH, llegó
tarde y en plan mediocre al polémico caso del suicidio de María de Jesús Llamas
Coronado, de apodo “La China”.
De entrada, en lo personal hemos tenido que recurrir a
otros espacios informativos para conocer la versión de esta Comisión, luego de
que se viera rebasada por una avalancha de señalamientos debido a la pasividad
mostrada.
Curioso, porque para otros temas de menor trascendencia –ejemplo
la firma de fútiles convenios-, invariablemente nos consideran como medio de
comunicación.
Pero bueno, lo que nos ocupa es la flagrante negligencia
de esta institución que, en teoría, tendría que procurar el respeto a los
derechos de todos los sonorenses.
Ayer, en pose concluyente, Raúl Ramírez Ramírez aseguró
que la muerte de “La China” se debió,
como lo sostienen las autoridades estatales, a asfixia por ahorcamiento o suspensión, en maniobras de tipo suicida.
Y no es que dudemos de la versión oficial, aunque es
parte de nuestro trabajo; lo cuestionable es que Ramírez se base para
“certificar” dicha muerte en la autopsia hecha por el Servicio Médico Forense
de la Procuraduría General de Justicia del Estado, PGJE.
Es decir, no hubo una investigación independiente, como
se podría esperar. Salvo que se demuestre con pruebas propias lo contrario, la
base del “análisis” fue el material ya realizado y el expediente existente.
Así es imposible conceder la confianza en el actuar de
las instituciones, como lo solicita el propio Raúl Ramírez.
Un
negligente Bernardo Campillo
No entendemos la tibieza, la delicadeza con la que la
Secretaría de Salud ha tratado el lastimoso caso de las intoxicaciones en
restaurantes de la cadena “Que Rollo
Sushi”.
Hemos seguido el caso de los 70 y tantos afectados por
comer en estas franquicias, y en ninguno de los escuetos boletines de la
dependencia estatal mencionan por su nombre al negocio implicado, no detallan las
consecuencias para sus propietarios ni ofrecen medidas preventivas.
Tal cuidado sólo hace suponer que a alguien cercano se
intenta proteger.
No se trata de magnificar el incidente, aunque tal vez la
idea no sería del todo mala al tratarse de protección a la salud pública. Misión
que se ha olvidado en esta Secretaría.
El prestador de un servicio de este tipo, debe tener
claras las implicaciones de atentar contra la integridad de quien lo favorece
con su visita. Lo del “Que Rollo Sushi”
tendría que ser motivo de escarmiento.
Lo que hace Salud, por cierto, es tanto como recibir un
comunicado de la Procuraduría Federal del Consumidor, Profeco, alertando por
irregularidades en gasolineras que no entregan litros completos, ¡pero omitiendo
el nombre y la ubicación de éstas!
Seguro a estos insensibles funcionarios de escritorio,
incluido Bernardo Campillo García, no les ocurrió que un hij@ suyo tuviera el
cuadro diarreico que le ocasionaron a los afectados, que demandan atención de
la autoridad y que se le finquen responsabilidades a los empresarios
restauranteros.
No al revés. A quien hay que cuidar es al ciudadano, no
el prestigio o permanencia del negociazo que han hecho unos cuantos de la
comida japonesa.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.
Rodrigo
Sotelo Mendívil
Director
General Masmedio
Correo: rodrigosotelo69@hotmail.com
Twitter: @masmedio
