Por Rodrigo Sotelo
Luego de escuchar la detallada explicación que da Alejandro López Caballero, secretario de Hacienda, del presupuesto estatal para el año próximo nos queda claro que sí es posible construir un paquete fiscal que concluya en el beneficio a los que menos tienen y que atienda las demandas de las partes involucradas.
Hay que partir de que, efectivamente, el tema es sumamente complejo y de ahí las confusiones que regularmente se alimentan en medios de comunicación, lo que hace aún más valioso el interés del funcionario por desmenuzar cada aspecto del documento.
De antemano, Alejandro sabe que habrá ciertas voces que por así convenir a sus intereses partidistas o políticos, se opondrán públicamente a lo que él llama un presupuesto congruente, creativo, incluyente e innovador.
Ante un grupo de columnistas y conductores de radio y televisión, López Caballero recuerda que la proyección presupuestas del Gobierno del Estado para el 2012 es de poco más de 37 mil millones de pesos, aproximadamente un 7 por ciento más que el año pasado.
En esta propuesta, se contempla un agresivo plan de austeridad, la actualización de precios de algunas contribuciones en las que estamos por debajo de la media nacional y la aplicación de un impuesto especial para destinarlo a los municipios.
Todo ello, partiendo del hecho incontrovertible de que la tenencia vehicular desaparece.
Pero, vamos por partes para entender mejor la sólida justificación del Cano López Caballero:
Partiendo de que el Gobierno dejará de captar 450 millones de pesos por concepto de la tenencia, de los cuales alrededor de 120 millones se destinan a los municipios, la Secretaría de Hacienda ideó una estrategia para economizar 300 millones en el gasto operativo.
¿Cómo lo lograrán? En parte, nos dijo, reduciendo significativamente el parque vehicular de las dependencias, con lo que se ahorrarán el mantenimiento de las unidades, gasolinas y hasta los seguros.
Por ello, ahora se obligará a que los servidores públicos de cualquier nivel (incluidos los Secretarios) dejen el carro oficial resguardado en sus oficinas, en el entendido de que sólo será utilizado para labores propias de la función que desempeñan.
Es decir, Alejandro López Caballero promete que se acabará con la añeja y lesiva costumbre de que el carro oficial sirva para que el funcionario vaya a su casa o regrese a la oficina.
Y es más, se pretende que los Secretarios dejen el vehículo asignado y se muevan en uno propio (veremos si esto se cumple); de Alejandro no lo dudamos porque así lo hace desde hace tiempo, como política que de entrada pretendió predicar con el ejemplo.
Pareciera simplista o poco significativo, pero esto aunado a otros lujitos innecesarios (telefonía, asesorías, consultorías, etc) que se da nuestra burocracia, fácilmente se acumulan millones de despilfarro en un solo año.
Otra área de oportunidad que se vieron obligados a atender con la reducción de recursos a la que se enfrentarían, es la relativa al control vehicular, en donde Sonora se encuentra entre los siete estados que cobran más barato en el trámite de licencia, revalidación de placas y tarjetas de circulación.
Como ejemplos están el Estado de México y Sinaloa, en donde el costo aproximado de la placa es de 1000 y 950 pesos, respectivamente; mientras que a nosotros nos cuesta 650 pesos.
Aquí, se propone una actualización que rondará el 20 por ciento, con el argumento de que en muchos de los casos, el gasto estatal por el control vehicular, es mayor al dinero obtenido del contribuyente por el mismo.
Si esto se aprueba en el Congreso del Estado, las placas nos costarían en 2012 unos 120 pesos más.
De igual forma, habría incrementos en los permisos de alcoholes, pues se vuelve necesario (y conveniente) equiparar lo que se paga por vender bebidas en una tienda de autoservicio, con los costos por tener un expendio.
Se les cobrará a los casinos el impuesto estatal que acostumbran no pagar y se crea un impuesto a la industria minera, una cuestión ecológica por extracción de materiales no minerales, lo que dejaría unos 40 millones de pesos.
Finalmente, el punto que genera ruido en la oposición y que prácticamente lo asumen como la prueba de que López Caballero engaña a los sonorenses y que busca una salida fácil, es el que propone la creación de un impuesto del 3 por ciento del valor de los automóviles con antigüedad menor a 10 años y costo de más de 200 mil pesos.
Lo llaman “Impuesto especial para el fortalecimiento de la infraestructura municipal”.
Aquí la cosa no es tan nociva como pareciera, es más, lo creemos hasta un acierto del Secretario, que se sustenta en las muchas voces que pedimos no favorecer con populismos a los pudientes, a los que más tienen.
Y es que el fin es noble y de difícil rechazo. ¿A quién le puede molestar que sigan pagando esta tenencia los que tienen dinero suficiente para comprarse un carro de 200 mil pesos o más? Pues sólo a esa reducida minoría que está en entre esa solvente élite, claro.
Veámoslo así, para que compruebe la habilidad y vagancia del Secretario López Caballero: el padrón vehicular es de 850 mil carros en el estado, pertenecientes a 700 mil sonorenses, de los cuales sólo 80 mil pagarían este impuesto, quienes generarían 290 millones de pesos.
Ojo, digamos que se mantiene la tenencia, por así decirlo, pero sólo para quienes están en condiciones de pagarla; a la gente con un modesto vehículo usado o nuevo con un costo menor a los 200 mil pesos, no pagará un centavo por tener un carro.
Además, se establece el compromiso de crear un Fondo con la totalidad de este recurso, para distribuirlo en los 72 municipios, en base al número de habitantes, su recaudación municipal y la extensión territorial.
A poco Próspero Ibarra Otero (Huatabampo), no brincaría de gusto con casi 9 millones de pesos; Manuel Barro Borgaro (Cajeme) con casi 50 millones o Javier Gándara Magaña (Hermosillo) con poco más de 71 millones para infraestructura municipal…
En síntesis, con la tenencia federal pagábamos todos y ahora con este impuesto lo harían quienes traigan carros de lujo. Con la tenencia federal los municipios se repartían 120 millones y ahora contarán con casi 300 millones.
Con todo esto, los tres elementos de crítica quedan pulverizados: Se favorece a los que menos tienen y se grava al pudiente, hay disposición a ajustarse el cinturón y se descarta la posibilidad de manejar irresponsablemente el dinero del nuevo impuesto.
La explicación nos pareció sensata y de fácil aprobación, aunque no descartamos que el Presupuesto pueda ser perfectible, por lo que quedamos abiertos a escuchar la postura de los priistas que no coinciden con esta apreciación que publicamos.
Por lo demás, el tema ya está en manos de nuestros Señores Legisladores.
Gracias y hasta mañana con el favor de Dios
Rodrigo Sotelo Mendívil
Director General Masmedio
Correo: rodrigosotelo69@hotmail.com
Twitter: @masmedio
