Apenas se cerró el telón del partido empezó una danza de abrazos, con varios puños buscando golpear el cielo. México explotó de júbilo al clasificarse finalista el martes por primera vez en el futbol de los Juegos Olímpicos.
El temple y el corazón mexicano quedaron demostrados ya que arrancó perdiendo hasta que venció 3-1. Su próximo oponente será el más formidable de todos, ya que se topará por el oro con una selección brasileña que goleó 3-0 a Corea del Sur y tiene a estrellas como Neymar y Thiago Silva.
Marco Fabián en el primer tiempo y Oribe Peralta y Javier Cortés en el complemento metieron los goles de México, mientras que Yuki Otsu convirtió el de Japón, que hasta entonces tenía el arco invicto.
«Dar vuelta un partido no es cosa fácil», dijo el técnico mexicano Luis Fernando Tena. «Hoy demostramos que México es un equipo de mucho carácter, que sabe sobreponerse a la adversidad. Pero no nos conformamos, queremos la medalla de oro».
Una explosiva combinación de ataque le permitió a Japón abrir el marcador a los 12 minutos, cuando Otsu sacó un brillante zapatazo que entró esquinado e infló la red.
Los reflectores encandilaron a Otsu, quien juega en el Borussia Moenchengladbach de Alemania, pero también hubo linternas para Yuhei Tokunaga y Keigo Higashi, quienes intervinieron en los toques previos.
Tras ese estallido de gol, se agitaron banderas japonesas y hasta una del Cruzeiro de Brasil, que lucía en una de las tribunas, donde los colores mexicanos eran mayoría.
Mientras México trataba de garantizarse la posesión de la pelota, con Giovani Dos Santos desdibujado, Japón fue puro vértigo y velocidad. Una combinación perfecta para el sopor, del que trataban de escapar los aficionados haciendo en las tribunas la «ola» que se internacionalizó en el Mundial de México de 1986.
Tena dijo que Dos Santos, reemplazado al término del primer tiempo, sufre una lesión muscular que podría dejarlo afuera de la final.
Como lo hizo a lo largo del partido, México pareció atacar más por necesidad que por convicción.
Pero cuando un gol entra, la pasión no acepta razones. Y fue por eso que los jugadores del «Tri» formaron un racimo humano cuando Fabián la cabeceó adentro a los 31 minutos, al recibir por esa misma vía un fallido despeje de Kensuke Nagai, en una jugada que se inició con un córner de Dos Santos.
Pierna dura, corazón caliente. ¿Se puede jugar distinto una semifinal? Claro que sí, pero esto es lo que hubo. Y no fue malo.
Un partido hasta divertido para los mexicanos, como ocurrió en el segundo gol.
Resulta que Peralta regresaba de una jugada que casi la termina en gol, en la que luego Takahiro Ohgighara quiso salir jugando. El japonés no advirtió la presencia de Peralta, quien se hizo de la pelota y anotó con un disparo al ángulo.
«Yo estaba muy atento a esa jugada y me dije: se la voy a robar y si robo le voy a pegar al arco», recordó Peralta con entusiasmo.
El técnico japonés, Takashi Sekizuka, también evocó esa acción, pero la reflejó en general en lo que fue el partido: Un México atento y un Japón no tanto.
«Ya había advertido a mis jugadores que estuviesen atentos, que prestasen más atención a las jugadas», dijo Sekizuka. «Los delanteros mexicanos son de presionar y eso ya lo habíamos estudiado; pero ahora ya no se puede volver el resultado atrás».
Cortés liquidó el partido cuando se metió como tromba y sometió al arquero con un fuerte disparo.
«Fue una pelota que recibí, corrí con un japonés al lado, lo frené con el cuerpo y pude dar esa alegría a México», dijo Cortés, quien ingresó casi sobre el cierre por Javier Aquino.
Alineaciones:
MÉXICO: Jesús Corona, Israel Giménez, Carlos Salcido, Hiram Mier, Darvin Chávez, Marco Fabián, Oribe Peralta (Néstor Vidrio, 70), Giovani Dos Santos (Raúl Giménez, 45), Javier Aquino (Javier Cortez, 89), Diego Reyes, Jorge Enríquez.
JAPÓN: Shuichi Gonda, Yuhei Tokunaga, Takiro Ohgihara (Manabu Saito, 83), Hiroki Sakai, Maya Yoshida, Yuki Otsu, Keigo Higashi, Kensuke Nagai, Daisuke Susuki, Hotanu Yamaguchi, Hiroshi Kiyotake (Takashi Usami, 76).
Árbitro: Gianluca Rocchi (Italia).
